lunes, 6 de agosto de 2012

Sinopsis Los Motivos de Judas


Teatro y Drama Cristiano


Esta obra trata de reflexionar sobre los verdaderos motivos que Judas tuvo para traicionar al Maestro. Treinta monedas de plata no son una suma importante para considerar que ese fue el móvil principal para entregar a Jesús. 

Y uno de ellos era el Diablo… ¿Por qué Jesús eligió a Judas en su grupo de los doce discípulos? Era necesario que la sangre del Cordero fuera derramada, pues a eso venía el Mesías, pero ¿era necesario tener al tirano entre los doce?

 ¿A qué vienes amigo?… Jesús no le llamaba enemigo al traidor, sino amigo. Aunque la Biblia no describe mucho de la relación cotidiana entre ambos, durante tres años caminaron juntos, compartieron los alimentos, y seguramente conversaron solos junto al calor de las fogatas.

 Pero Judas era ladrón… Tres años en contacto directo con el Señor y jamás hubo una conversión en su alma. Judas siempre mantuvo sus propósitos egoístas.  No fue el siervo escogido, no fue el predicador, no fue el que hizo milagros. Fue parte del grupo, pero Judas era el siervo inútil que robaba las monedas.

 Maldito el hombre que confía en el hombre… 
Al final Judas se quiso Justificar con el hombre, no con Jesús ni con el Padre. Admitió su arrepentimiento ante los fariseos, pero no pidió perdón a quien traicionó. Cargó su vergüenza hasta el suicidio, pero no se humilló a los pies de la Cruz. ¿Cuáles eran sus verdaderos motivos?





Personajes


Judas Iscariote
María, madre de Jesús
María Magdalena
Juan, el discípulo amado
Pedro
Anás, Sumo Sacerdote
Jesús (voz en off), puede haber un personaje de Jesús o puede ser imaginario.




Fragmento

Judas: Maldita sea con esa mujer Juan, el Maestro me ha dejado en vergüenza defendiéndola delante de todos.
Juan: Cálmate Judas, trata de entender las Palabras del Maestro.
Judas: Esta mujer ha derramado un perfume costoso sobre los pies del Maestro. ¿Por qué no fue vendido por trescientos denarios y dado a los pobres? 
Juan: ¿Acaso no crees que Jesús lo merezca?
Judas: Hay suficiente agua en Betania para lavarle los pies mil veces, por qué tenía que ser derramada esa joya ¡cuántas obras de caridad podría yo haber hecho con esas monedas!
Juan: ¿No escuchaste lo que dijo el Maestro? para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Judas: ¿Acaso piensa ya morir sin cumplir su misión?
Juan: Es porque tal vez ya cumplió su misión.
Judas: Aún no nos ha liberado de la esclavitud… Yo le admiraba desde niño cuando oía a mi padre hablar acerca de un Mesías que habría de liberar a su pueblo. Lo esperé toda mi juventud, lo dejé todo por él, me sacrifiqué siguiéndole, ¡pero cuánto me ha decepcionado!
Juan: Tres años viviendo a su lado y todavía no le conoces.
Judas: ¿Que no le conozco? Yo era tan pequeño que ni siquiera puedo recordar la primera vez que acompañe a mi padre a la sinagoga a escuchar el consejo de los doctores de la Ley. He escudriñado la Ley de Moisés y he leído los testimonios de los profetas acerca del Mesías. Le conozco mejor que cualquiera de ustedes.
Juan: Tu idea del Mesías es torcida Judas. Ves las cosas a tu conveniencia y no de acuerdo a la voluntad del Padre.
Judas: Es inútil discutir contigo. Estas ciego con tanta palabrería.
Juan: Iré a buscar al Maestro, saldremos pronto hacia Jerusalén para celebrar mañana la Pascua.
Sale Juan.

Judas: Tres malditos años esperando un milagro y me dice que le preparan para la sepultura. Semejante burla se tiene que escarmentar. Tengo que hacer algo que le haga reaccionar. No es posible que me haya equivocado.






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